Estaba durmiendo pero a la vez despierta, de repente oí pasos por el
pasillo y murmullos de gente, intenté levantarme pero no pude, no podía
moverme, ni hablar, no podía hacer nada, salvo ver y escuchar; era como estar
muerta y consciente de mi estado, entonces ví como entraban en mi habitación:
era gente cubierta con largos habitos religiosos, estuvieron allí hablando
entre ellos hasta que al fin se pusieron de acuerdo y abandonaron la
habitación.
Me pasé todo el día siguiente meditando sin éxito sobre el significado
de aquella visión, quise olvidar lo ocurrido pero no pude, pasado un tiempo, mi
casa empezó a llenarse de rostros que aparecían por todas partes, en la sala,
el baño y hasta en la cocina, pero sobre todo en mi habitación, lugar donde los
rasgos eran más nítidos. Un día quise indagar en la história de la casa que
había comprado y descubrí que tanto las caras como las siniestras figuras
parlantes, tenían su orígen en un antíguo monasterio que se alzaba sobre ese
mismo terreno y que fué pasto de las llamas durante la guerra civíl, allí entre
sus sótanos había túneles inexplorados donde yacían las momias de los monjes
sepultados.
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