Despierto como de costumbre en mi casa, voy hacia la cocina y abro el frigorífico pero como no tengo hambre, vuelvo a cerrarlo, como siempre. Me visto y salgo a la calle, miro furtivamente buscando una víctima, y veo a una chica sola, esta es mi noche, y pienso emplearme a fondo con ella, aprieto el paso tras ella, entonces la chica dobla una calle y se mete en un callejón, yo la sigo, ella parece darse cuenta y decide acelerar el paso, pero es demasido tarde, ya casi estoy sobre ella, y no tardo en alcanzarla, ella intenta gritar, pero la inmovilizo con mis manos y la golpeo para que se calle, la palabra perra brota de mis labios de forma espontánea, hundo mis manos en su cuello, esta se retuerce de dolor tratando de soltarse, sus ojos hinchados parecen explotar, sus brazos no paran de agitarse, de pronto, deja de revolverse y queda inmóvil, entonces la rodeo con mis brazos mientras acarício su dorada cabellera, es en ese momento de plenitud cuando escucho una fuerte detonación detrás mío y siento como algo me atraviesa la espalda de lado a lado, intento decir algo, pero la sangre inunda mi boca, me llevo las manos al estómago y sólo palpo un agujero, me giro para mirar detrás mío y veo al propietario del bar sujetando la escopeta de cañones humeantes. Y entonces, vuelvo a despertar como cada día, en mi casa.
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