Culpa

Solía acostarme temprano, mi trabajo así lo requería, y cada mañana despertaba a la misma hora, como si una fuerza invisíble me arrancara el sueño, mis ojos cansados, no eran capaces de recobrar el hilo conductor del sueño y mi mente fabulaba pensamientos de toda índole, en especial los de culpa, me dolían las sienes retumbando ante aquella voz, que sonaba con veneno de remordimientos y rencores, un amargo remanente del sueño reciente quedaba en mi cabeza, mas no lograba recordar la razón. A oscuras me dirigí a la nevera para comer algo, miré hacia el interior y su destello artificial me deslumbró momentáneamente, cerré la puerta y ésta emitió un chillido penetrante, como el llanto obsesivo de un bebé.

No hay comentarios:

Publicar un comentario