Junto al mar

Un buen día salió de su casa camino al trabajo, estaba distraído y pensaba que su vida tenía que tomar otro rumbo, sin saber que en cuestión de segundos se cumpliría el vaticínio.
Cuando despertó, se encontraba sentado a la orilla del mar, miró hacia lo lejos y sintió una paz como nunca había experimentado.
Miró detrás suyo y vió una bonita mujer que se acercaba, esta joven caminó hacia él y cuando llegó, se sentó a su lado.
Complacido por la grata compañía, se giró y preguntó:
-Hola, ¿Vienes mucho por aquí?
-No, sólo cuando busco un poco de tranquilidad: respondió ella con la mirada perdida en el mar.
Comenzó así una larga conversación en la que ambos hablaron de sus vidas, de su pasado y de sus sueños, pero cuando él quiso conocer algo más, ella le miró extrañada y dijo:
Soy la paciente de la habitación 101, ingresé en este hospital hace un tiempo y me dieron por muerta, me enteré que habían traido a un chico tras tener un accidente de circulación y que se encontraba conectado a un respirador que lo mantenía con vida, por eso he venido a visitarte.

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