Nada

Entró en su casa tambaleante y sollozando en silencio, ningún miembro de su familia se atrevió a dirigirle la palabra, pero él sabía lo que pensaban, no necesitaba escucharlo porque su cabeza lo repetía sin cesar. Cuando llegó a su habitación se dejó caer sobre la cama y trató de poner la mente en blanco, le dolía la cabeza, no quería ni podía pensar, un aluvión de imágenes se agolpaba frente a sus ojos confundiéndose con las manchas de humedad del techo, allí, en la tristeza de aquel rincón la vida iba pasando ante sus ojos sin saber si habría un mañana, porque para él, no había nada mas allá de aquel rincón oscuro y húmedo, triste y apagado.

Sus padres decidieron dejarle sólo en su habitación dandole tiempo para que reflexionara, para que asumiera lo ocurrido y sus consecuencias, pero sabían que tampoco convenía dejarle abandonado a sí mismo durante demasiado tiempo, y no fué hasta horas mas tarde cuando se decidieron a entrar, hallando la habitación vacía y la ventana abierta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario