Profundo

Al despertar, estaba apoyado contra un muro muy frio, probablemente de marmol, miró a su alrededor intentando recordar como había llegado hasta ese extraño lugar y comenzó a deambular sin rumbo fijo. Cuando llegó a campo abierto, descubrió una especie de fosa oscura y quiso medir su profundidad dejando caer una piedra, pasaron más de veinte segundos sin que lograra escuchar nada, e intrigado, asomó parte de su cuerpo intentando agudizar el oido, fué en ese momento cuando se oyó una especie de chapoteo lejano, seguido por el sonido de un cuerpo trepando por las paredes del pozo. Aterrorizado echó a correr pero por más vueltas que daba, no lograba encontrar la salida así que acabó forzando la precaria puerta de una caseta para entrar en ella, allí encontró un ataúd medio abierto y vacio, y se introdujo en él confiado en que nadie le encontraría.
Desde dentro, oyó el sonido de unos pasos acercándose, luego notó como unas manos firmes asían la tapa del ataud y comenzaban a retirarla, cerró los ojos e intentó contener la respiración pensando que esto engañaría a su perseguidor, transcurrieron algunos segundos de tensión e incertidumbre que se le antojaron eternos y entonces oyó una voz resonando como un eco fantasmal.
-Lastima de muchacho, tan joven y con toda una vida por delante..harto estoy de deciros que no os asomeis al pozo, y tú acabaste metiendo la cabeza y el cuerpo entero sólo por escuchar la piedra tocando el fondo, espero que al menos acabaras averiguando su profundidad. En fín, yo a lo mío, porque este viejo estúpido al que nadie hace caso, va a maquillar tu rostro azulado para que puedas presidir tu entierro.

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